domingo, abril 29, 2012
Fronteras artificiales
Recién regreso de un viaje al sur de Francia, luego de visitar las regiones de la Provenza y Languedoc-Rosellón, pasar por Marsella, Montpellier, Avignon, entre otros lugares.
No se puede hablar de un lugar más importante, se puede hablar del sur de Francia, en general. Marsella me recordó a Catania, el lugar que las guías turísticas no recomiendan, pero que terminan siendo muy interesantes porque dejan el sabor de la vida local, a diferencia de Palermo, en Sicilia, que es más turístico, equivalente a la Rivera Francesa u otras de las ciudades que visité en el sur de Francia. Por eso Marsella vale la pena conocer, para ver cómo vive la gente en el sur, sus tradiciones, como visten, las fondas donde comen, pero también su vida alternativa como el barrio de Cours Julien con cafés y bares coloridos. De Marsella es típica la sopa de pescado Bouillabaisse, también en la región se toma unos tragos tipo anís que llaman Pastis. Como en varias ciudades francesas, también hay una basílica de Notre Dame, esta es Notre Dame de la Gard. La basílica está en la punta de un monte, como indicando que alcanzar a dios es difícil pero es camino al cielo. No me pareció muy impresionante, uno tarda mucho para llegar pero hay otras Notre Dame que son bastante más impresionante por dentro.
Otra ciudad que visité en la Provenza es Cassis, bastante turística, bonita para tomar un café, comer algo, pasear por el mercado, pero no mucho más. Pienso los turistas van porque es bastante tranquila y un buen lugar para relajarse, pero no hay casi nada de sabor local. Montpellier fue bastante más interesante, una ciudad más grande, con vida local y lugares pintorescos. El Puente del Gard, camino a Nimes desde Montpellier, es un acueducto construído por el imperio romano. La influencia romana en el sur de Francia también se percibe en la Arena de Nimes, probablemente el lugar histórico que me impactó más de todo el viaje (ver foto; fuente: corsaitaliana.com). La Arena fue construída antes de Cristo por los romanos para la lucha de los gladiadores, pero luego fue utlizada para diferentes propósitos. Vale mucho la pena visitarla. Hay una audio guía en inglés que explica toda la historia, sobre los esclavos, los gladiadores, el público, y en general, el tipo de celebración que se daba en la Arena. Luego también es interesante que la Arena haya sido utilizada para corridas de toros.
El sur de Francia, no todo, pero en algunas partes, se celebran las corridas, igual que en España. Barcelona de hecho está muy cerca de Montpellier y algunas de las tradiciones, comida, música, en el sur de Francia se comienzan a mezclar con las españolas. De allí el título del blog: fronteras artificiales. Con los años que vivo en Europa comienzo a darme cuenta que ésta es una gran cultura. Antes Italia, Francia, Alemania me parecían culturas completamente diferentes. Y los son. Pero hay puntos de encuentro que a uno le hacen dar cuenta que ésta es una sola cultura, una gran cultura. Las fronteras políticas son artificiales, dentro del país y entre países. Dentro de Alemania algunos lugares del sur fácilmente podrían ser parte de Austria y del norte como Hamburgo nos acercamos a Dinamarca y a los países escandinavos, si tiras para el este se parece al este de Europa. Tal vez el mejor ejemplo del encuentro de culturas es Suiza, donde se habla italiano, alemán, y francés. Pero en general, las fronteras son difusas, el imperio romano llegó a muchos lugares de Francia y Alemania, todavía ahora sigue la influencia, y de igual manera, otros imperios ocuparon otros lugares en otros momentos del tiempo y dejaron su influencia. Europa es un conjunto de pueblos que tuvieron desde hace mucho intercambio. Europa puede ser vista entonces como una gran cultura. Probablemente de allí nace la idea de tener una union europea.
La última parte del viaje fue Avignon. Un lugar precioso. Buen vino, cafés lindos, restaurantes buenos, callecitas pequeñas en las que uno se pierde y de pronto aparece en un lugar desolado, pero iluminado, con algún café lindo para pasar un rato tranquilo. Si has escuchado muchas veces sobre lugares románticos en Francia y no te queda claro por qué o qué significa que un lugar sea romántico, como era mi caso, pues ve a Avignon y vas a darte cuenta de porqué.
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