He estado tomándole el pulso a Internet respecto a la información que existe sobre cómo saber si uno está listo para ser papá. La búsqueda ha sido interesante.
Comencé buscando páginas en Inglés. Pensé que la mayoría de información, como suele ser, estaría publicada en este idioma. Encontré varias páginas pero casi todas dirigidas a mujeres. Las mayoría preguntaban al estilo cosmopolitan cómo saber si tu pareja está lista para tener un bebé. Pero yo quería algo serio y dirigido a hombres. ¿Cómo podemos saber si estamos listos para tener un bebé? ¿Qué hay que tener en cuenta?
Encontré algunas páginas, pero pocas. La mayoría asumían un rol tradicional del hombre en la pareja (e.g., aquí o aquí). Es decir, el hombre es el que provee, la mujer quiere siempre tener hijos, no trabaja y se queda en la casa. Incluso encontré una página que sugería que hacerse esta pregunta, no saber si uno está listo para ser papá, era un síntoma de inmadurez y otra sugería pedir ayuda de la iglesia para responderla. Lamentablmente no las puedo encontrar ahora.Yo esperaba encontrar este sesgo en las páginas en español, pero tal vez no haya mucha diferencia.
Pensé entonces mejor buscar en páginas alemanas, probablemente tendrían una mirada menos conservadora del asunto con la que me pueda identificar. La perspectiva que encontré no era mucho menos conservadora que la que había visto en inglés. Pero ahora además el sesgo era claramente por el lado de la seguridad, cosa que no es sorprendente conociendo la cultura alemana. Los alemanes quieren estar seguros de tener un futuro estable, por eso dan mucho valor a la seguridad en el trabajo, las relaciones. Entonces la preguntas iban por el lado de cuánto tiempo tienes con tu pareja, qué tan seguro es tu trabajo, qué tan seguro es tu ingreso, la permanencia en tu casa actual, etc. (e.g., aquí, aquí, y aquí). Era al menos algo menos machista que lo que encontré en las páginas americanas, pero tampoco era algo que vaya con mi sensibilidad.
Pensé entonces finalmente, por qué no buscar en páginas en español, tal vez debí comenzar por ahí, tal vez me sorprenden positivamente. Pero al igual que las páginas en inglés, la mayoría de información iba dirigida a las mujeres (e.g., aquí). Hay muy poca información para hombres y lo que encontré está principalmente relacionado a cómo lidiar con hijos no deseados. Es decir, qué hacer cuando tu novia sale embarazada sin que lo hayan planeado (e.g., aquí y aquí). Pero no quiero tampoco simplificar las cosas. Hay varios factores que sesgan mis propias aseveraciones.
No he hecho una búsqueda exhaustiva en Internet, hay más contenido en inglés que en alemán y español, tal vez no he usado los términos adecuados para la búsqueda, tal vez la información de ONGs en cada país es más importante, etc. De cualquier forma, me pareció interesante narrar el proceso de mi búsqueda porque creo puede dar luces sobre ciertos patrones y una demanda insatisfecha. Me parece que hace falta más información en Internet. No creo que sea una pregunta sencilla. Y creo que se puede aprender de experiencia de otros y ahorrarnos malas experiencias.
miércoles, noviembre 12, 2014
sábado, noviembre 08, 2014
Rio Scenarium
Vengo de un viaje a Brasil, donde pasé unos días con mis papás y mi hermano, celebrando las bodas de rubí de mis papás, nada más y nada menos que cuarenta años, tanto tiempo y todavía se buscan y divierten como niños, lo que no es un motivo menor para celebrar.
Nunca había estado en Brasil, conocía poco de la cultura y no tenía tampoco mucho interés. Creo que en Sudamérica se sabe poco de Brasil comparativamente con el resto de países de la región, la razón probablemente la barrera del idioma. Quien había estado antes un par de veces es mi hermano Pepe y le había encantado, entonces él sugirió la idea y a mis papás les encantó.
Pensamos hospedarnos en Río de Janeiro. Yo no tenía muchas ganas por el tema de la inseguridad, pero llegamos a un acuerdo: unos días en Buzios, un balneario tranquilo a unas horas de Río, y el resto del tiempo en Río.
Los días en Buzios fueron muy relajantes. La casa donde nos quedamos muy amplia, sobretodo para mí que venía de un piso pequeñisimo en París, la playa linda, la gente con sonrisa amable, y caipirinhas por doquier, unas mejores que otras. Una de ellas muy buena con una mujer de párpados ojerosos, como muchas brasileñas, de mucho mundo y una charla muy agradable. Pero me quedo con el recuerdo de una caminata nocturna por el malecón, luego de cenar con mis papás, sintiendo como la brisa del mar se mezclaba con varias copas de vino tinto que llevaba dentro. Una sensación que podría convertir con gusto en una rutina diaria.
Lo que más me gustó de Río fue Rio Scenarium, un bar y restaurant cultural ubicado en la Rua do Lavradio, en el barrio de Lapa en Río de Janeiro (ver foto). Mi hermano había reservado con anticipación una noche ahí. Él ya había estado antes. El lugar es realmente espectacular. Un edificio antiguo de tres pisos con salones grandes que evocan el glamour y la aristocracia carioca de los años 20. Fue inaugurado en el 2001 pero está completamenta ambientado en el pasado.
Pudimos ver un espectáculo de música samba. Increíble. Fue un descubrimiento para mí. Un grupo ya veterano estilo Buena Vista Social Club, pero incluyendo mujeres, de hecho eran las que cantaban. Antes que comiencen a cantar hubo un preludio muy largo, por lo menos media hora de música instrumental que invitaba poco a poco a bailar, pero no a un baile desmesurado, sino un baile con mucha sensualidad y cadencia. Era una samba de salón. Descubrí entonces que la samba es sensualidad. Me queda otra imagen. Una pareja joven se miraba, con ropa austera, corta, de verano, piel brillosa de sudor, bailando lento, mirándose a los ojos en su mundo, sin parar, llenando el ambiente de sensualidad.
Nunca había estado en Brasil, conocía poco de la cultura y no tenía tampoco mucho interés. Creo que en Sudamérica se sabe poco de Brasil comparativamente con el resto de países de la región, la razón probablemente la barrera del idioma. Quien había estado antes un par de veces es mi hermano Pepe y le había encantado, entonces él sugirió la idea y a mis papás les encantó.
Pensamos hospedarnos en Río de Janeiro. Yo no tenía muchas ganas por el tema de la inseguridad, pero llegamos a un acuerdo: unos días en Buzios, un balneario tranquilo a unas horas de Río, y el resto del tiempo en Río.
Los días en Buzios fueron muy relajantes. La casa donde nos quedamos muy amplia, sobretodo para mí que venía de un piso pequeñisimo en París, la playa linda, la gente con sonrisa amable, y caipirinhas por doquier, unas mejores que otras. Una de ellas muy buena con una mujer de párpados ojerosos, como muchas brasileñas, de mucho mundo y una charla muy agradable. Pero me quedo con el recuerdo de una caminata nocturna por el malecón, luego de cenar con mis papás, sintiendo como la brisa del mar se mezclaba con varias copas de vino tinto que llevaba dentro. Una sensación que podría convertir con gusto en una rutina diaria.
Lo que más me gustó de Río fue Rio Scenarium, un bar y restaurant cultural ubicado en la Rua do Lavradio, en el barrio de Lapa en Río de Janeiro (ver foto). Mi hermano había reservado con anticipación una noche ahí. Él ya había estado antes. El lugar es realmente espectacular. Un edificio antiguo de tres pisos con salones grandes que evocan el glamour y la aristocracia carioca de los años 20. Fue inaugurado en el 2001 pero está completamenta ambientado en el pasado.
Pudimos ver un espectáculo de música samba. Increíble. Fue un descubrimiento para mí. Un grupo ya veterano estilo Buena Vista Social Club, pero incluyendo mujeres, de hecho eran las que cantaban. Antes que comiencen a cantar hubo un preludio muy largo, por lo menos media hora de música instrumental que invitaba poco a poco a bailar, pero no a un baile desmesurado, sino un baile con mucha sensualidad y cadencia. Era una samba de salón. Descubrí entonces que la samba es sensualidad. Me queda otra imagen. Una pareja joven se miraba, con ropa austera, corta, de verano, piel brillosa de sudor, bailando lento, mirándose a los ojos en su mundo, sin parar, llenando el ambiente de sensualidad.
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