sábado, noviembre 25, 2006

Andorra

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El teatro Berliner Ensemble está presentando “Andorra”, la obra de Max Frisch. Esta semana fui a verla junto con el grupo de estudiantes de mi clase de alemán. Nos decidimos por Andorra porque la trama es bastante elemental y relativamente fácil de entender. De hecho, en eso radica una de sus principales virtudes. De todas maneras antes de ir a verla leí el libro y así pude disfrutarla mejor. A continuación algo breve (porque es sábado y tengo que salir a hacer varias cosas) sobre Andorra.

Andorra es la historia de una profecía autocumplida. En esta tierra, que no es Andorra en realidad, sino un país inventado, los ciudadanos están llenos de prejuicios anti-semitistas. Andri, el personaje principal de la obra, cree que es judío, al igual que el resto de los ciudadanos de Andorra. Los andorrences lo convierten en aquello que ellos pensaban de los judíos: cobarde, sin sentimientos y ambicioso. Los “negros”, habitantes de un país vecino que perseguían a los judíos, invaden Andorra y los andorrences permiten que maten a Andri.

La mayoría de los personajes de Andorra no tienen nombres propios, en lugar, son designados simplemente como “el profesor”, “alguien”, “los negros”, “el idiota”, “el carpintero”, “el soldado”, “el sacerdote”, “el doctor”. El profesor es el padre de Andri, aunque le ha dicho que no es su hijo sino que lo rescató de “los negros” y lo adoptó. En realidad, el profesor tiene vergüenza de aceptar que es su hijo ilegítimo y por eso mintió y se la pasa borracho.

Los negros amenazan con invadir Andorra y los andorrences creen que Andri es judío. Andri quiere ser carpintero pero el carpintero le dice que debería dedicarse a hacer dinero, que lo lleva en la sangre. El doctor le dice a Andri que los judíos tienen una ambición desmesurada y que a pesar de que los ha curado no puede soportarlos. El doctor, en realidad, envidia el éxito de los judíos: “en todos los países del mundo, ocupan (los judíos) puestos importantes en universidades”. Incluso el sacerdote tiene prejuicios hacia los judíos. Le dice a Andri que es diferente y que los judíos son más inteligentes. Esta pequeña realidad, claro, evoca a otra de la historia de Europa.

Andri esta enamorado de Barblin, hija del profesor y su media hermana. Le pide la mano de su hija al profesor y éste estalla. Le dice que es lo único que le va a negar y no puede explicarle el porqué. Andri piensa que es porque es judío. Poco a poco comienza a hartarse de que lo distingan por ser judío y decide realmente adoptar el rol que los andorrences esperaban de él.

Finalmente los negros invaden Andorra. El pueblo debe vestirse de negro, se ponen en fila y los negros identifican a los judíos mirándoles los pies. A esto le llaman el “show judío” y con ello Max Frisch busca ridiculizar los métodos con los que los nazis condenaban a los judíos. Barblin es la única que tiene el coraje de decir que Andri no es judío sino que su hermano. Los soldados matan a Andri. Barblin se vuelve loca, le rapan la cabeza por ser la puta de los judíos. El profesor se suicida. La foto arriba a la derecha es de Barblin al final de la obra en el Berliner Ensemble.

Este es el fin de la historia. No es muy claro qué país es Andorra aunque algunos sugieren que es Suiza, el país de origen de Max Frisch. Esto porque Suiza siempre ha sido un país neutral y durante la segunda guerra mundial permitió las atrocidades contra los judíos. Los negros, en este caso, serían los alemanes. El mensaje principal de la obra, sin embargo, parece más general: los esteriotipos son peligrosos y la gente no debe eximirse de sus responsabilidades.

Max Frisch nació en Zurich en 1911, estudió literatura alemana pero no terminó. Trabajó como periodista, arquitecto, novelista, y dramaturgo. Sus temas principales fueron la identidad; la culpabilidad y la inocencia; la tecnología; y la autoimagen idealizada de Suiza como país tolerante y democrático. Murió en 1991.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante historia sobre identidades y prejuicios, que igualmente puede ser aplicada a situaciones fuera del antisemitismo. El detalle que los agresores son "los negros" (historicamente discriminados) tambien genera cierta curiosidad en pensar que los roles agresor:victima son temporalmente relativos y que las circunstancias se pueden invertir facilmente antes nuevas condiciones sociales. A las victimas... cuidado en no convertirse en agresores! :) Muy bacan y simbolica.
Pepe