Miami Vice
Hoy tuve una experiencia medio extraña. No me quedó claro qué fue lo que pasó y escribo este post para digerir mejor este asunto.
Recién llego de un seminario. Todas las semanas tengo un seminario como parte del programa en el que estoy y hoy me tocó a mí organizarlo. Eso significa que tenía que recibir a nuestro invitado, asegurarme que no le falte nada, que tenga todo el soporte técnico para su presentación, presentarlo ante los estudiantes al inicio de la charla, organizar la ronda de preguntas y cerrar el seminario.
El principio ya fue particular. Yo andaba ordenando las cosas, caminaba hacia el auditorio con algunos cables, el agua, los triángulos con nuestros nombres y me encuentro con que la secretaria estaba medio desesperada buscándome. Me presentó al invitado y me dijo de arranque que el invitado quería un café. Él se presentó muy educadamente y me dijo lo mismo, que le gustaría un café.
Pues yo claro que lo atendí y le pregunté que como lo quería el café y todo, pero medio que me pareció un toke un exceso o al menos una particularidad. En todos los seminarios a los que he ido los invitados se sienten un poco cortos y no se animan a pedir algo además de lo que les damos en el instituto. Pero, ok, no era nada del otro mundo. Le tuve que comprar el café y muy educadamente se lo di. Él también se mostró muy agradecido.
Empezó su presentación y no sé qué habrán pensado los demás, pero para mí el tío era un artista, un personaje. La manera de hablar, moverse. Más o menos lo describo. Un tipo de mediana estatura, en terno, colorado, pero colorado así de estos que parece que han pasado un par de semanas en la yapla, y con una manera de hablar así muy moderada, el tono de voz, muy mesurado, muy claro, luego unas poses, no sé, como que parecía más un actor de cine que un investigador, parecía que estaba en pleno casting. Yo estaba que lo alucinaba. Incluso en algún momento casi me comienzo a reir. Luego volteaba a todos lados para ver cómo miraba la gente. No sé, para mi era demasiado obvio. Quién es este tipo?!
Pues bueno. Tenía una hora para hablar, yo le había explicado muy bien la dinámica de su exposición por email, los tiempos, etc. Pero pasó una hora y seguía! Yo como encargado de organizar el seminario no sabía muy bien qué hacer. Es la primera vez que pasa algo así. Normalmente los invitados respetan el tiempo. O sea, se pasan un par de minutos y normal, pero él ya se había pasado 25 min y ahí sí que la gente comenzaba a poner caras raras y yo buscaba alguna estrategia para parar a este artista joligudense.
Entonces como que por fin notó que era demasiado y dijo que él podía hablar una hora más sobre el tema, que le interesaba bastante y yo aproveché para cortarlo. Le dije que estabamos muy agradecidos pero que algunos de nosotros teníamos otras responsabilidades y que era mejor terminar lo más rápido posible porque ya nos habíamos pasado del tiempo. El pata se hizo el sorprendido y me agradeció haberle hecho recordar los tiempos y dijo que ya terminaba. Pues terminó en los siguientes minutos. De hecho, aunque lo dudé, lo que le dije era lo justo.
Luego de su presentación hoy, por primera vez, los estudiantes habiamos organizado una parrillada en el jardín atrás del instituto. El invitado parecía muy entusiasmado y me seguía a todos lados, parecía como que esto de que yo era el encargado de recibirlo se lo había tomado muy a pecho. Incluso dijo en algun momento que él me seguía a mí, que yo era su guía. Ya me estaba asfixiando un toke. Pero bueno. La cosa es que luego de la presentación había que organizar la parrillada. Ya habíamos comprado todo, pero, como sabrán los que hacen parrilladas, la parrilla no se prende en un par de minutos y desde que uno comienza hasta que sale la primera salchicha pasa un rato.
La cosa es que él parecía medio estresado. Veía como la gente organizaba la parrillada y no sabía si quedarse parado, ayudar, comer, no sé, estaba inquieto. Entonces le sugerí sentarnos en la sala de espera hasta que las cosas estén más claras. No había por qué estar estresados, me molesta cuando la gente se pone así. Le dije entonces, que por qué no nos sentabamos nada más y conversabamos un rato y eso hicimos. Él se veía más tranquilo, no tenía que tomar una decisión.
La conversación fue también de lo más extraña. Medio atropellada, no sé, como que alguien lo estaba persiguiendo. Me preguntaba sobre mi trabajo de doctorado, yo le contaba pero sentía que él no me escuchaba. Me daba esa mirada que uno se da cuenta que aunque te están mirando tal vez su mente está en otro planeta. Luego de un rato me dijo que tal vez la parrilla estaba lista y que fuésemos. Bueno, fuimos y sí, ya estaba todo más organizado.
Ni bien llegamos a la parrilla me safé de este personaje. Busqué a otra gentilla, agarre una chela y bueno, comenzó la chacota. Conversando con unas amigas, bromeando, con el solcito, moviendo unos cuantos carbones. Adoro las parrillas. Y bueno, me puse a conversar con una chica y ella me contaba que le había enviado cinco emails a nuestro invitado el año anterior y que él no le había contestado. Yo mmm.
Justamente yo también le había enviado unos emails la semana pasada y no me había contestado. Un día antes del seminario estaba como loco tratando de localizarlo, incluso lo llamé a la ciudad donde vive y nada. Luego me contestó por la noche del miércoles y hoy jueves fue el seminario. O sea, no pues, raro. Me dijo que los emails que le envié probablemente pasaron como “junk” y por eso no los recibió. La verdad, no le creo. No entiendo cómo no recibió esos emails y sí los últimos que le envié ya desesperado.
En fin. Luego estaba preguntando a la gente qué tal les había parecido el seminario y me comentaban que interesante. Luego una tía me preguntó que tal me pareció a mí y le dije que bueno pero principalmente sexy. La gente se cagó de la risa. Me preguntaron que por qué? Y les dije que no se si ellos pensaban igual pero que para mí este tío era un personaje, su manera de hablar, sus poses, su bronceado estilo Miami, su terno (la gente en el seminario viste normalmente informal o casual), su peinado con laca!, no sé, sus sonrisas de vendedor. Era demasiado. Estabamos tomando una cervis, la gente estaba más suelta y se reían mucho de lo que decía.
Varios concidían con mis apreciaciones. Una chica empezó a imitar incluso cómo se movía y sonreía. Era muy gracioso. Claro que lo hacíamos caleta porque él no estaba muy lejos. Y bueno, en una de esas yo dije que sí pues, que este Don Johnson era un personaje. Inmediatamente me preguntaron, Don Johnson? Y yo, claro pues, el de Miami Vice. Y pucha, ahí si que fue el cage de la risa. Esto de poner chapas es algo que a veces no puedo evitar y que acá a veces para mucha gente no tiene sentido, pero yo me rio.
Es que es igualito, por eso la foto y el título de este blog. El pelo, el bronceado, la sonrisa. Idéntico. Luego comenzamos a comentar que este tío se había equivocado de carrera, el lugar de estar escribiendo papers debería haberse dedicado a la actuación. En fin. Don Johnson parecía disfrutar su chela y las conversas esporádicas con los estudiantes. Yo comía unos sanguchillos y abría chelas para todos con mi llavero. Mi llavero es lo máximo. Es una hebilla. Es la hebilla de una correa de mi mamá que agarré hace muchos pero muchos años. Ella estaba por botar la correa y le dije que quería conservar la hebilla para usarla como llavero, que ese sería mi llavero siempre y así ha sido hasta ahora.
Un par de chelas más, unas salchicas con pan y la parrillada comenzaba a morir. Empezamos a limpiar, algunos nos llevamos los restos (me agarré un pan turco y unas salchichas). Y bueno, Don Johnson no parecía muy entusiasmado con la idea de irse. Le había gustado el asunto. Ya estaba más relajado, tomando su chelita. Pero todos nos ibamos. Entonces, luego de guardar las cosas, algunos nos fuimos camino al metro. Don Johnson fue con nosotros. Eramos al final sólo un colega, Don Johnson y yo. Los demás estaban más atrás.
La cosa es que en el camino Don Johnson como que me sugería que quería seguirla. Preguntaba qué lugares son buenos para tomarse una cerveza. Me contó que estaba sólo. Antes, sin embargo, me había dicho que luego de la parrillada iba a encontrarse con su sobrino..mmm. Luego comenzó a quejarse de su ropa, es que estaba en terno. Dijo algo así como que él normalmente no se vestía así, que quería ir rápido a su hotel a cambiarse y volver a salir. Enfatizaba que no se demoraba nada, que sólo dejaba su maleta, se cambiaba y se iba a un bar.
No sabía muy bien que decirle. Estaba a punto de decirle para hacer algo. Normalmente soy el primero en apuntarme. Además este tío podría ser también un buen contacto ya que publica en los journals top. Pero no me daba una buena vibra. No sé que onda con Don Johnson, pero esto de los emails de mi amiga, su sobrino que desapareció?, más su bronceado estilo Miami Vice viviendo él en pleno Deutschland, no se me hacían una buena combinación.
Al final, incluso me dijo, bueno, entonces esta noche tendré que hacerla de los que van a un bar y conocen gente, se presentan a alguien, así de la nada. Yo estaba a punto, pero a punto de soltar el “pero por qué no hacemos algo?!, vamos a tu hotel, te espero un toke y de ahí te hago el tour”, más aun considerando que llevaba un par de chelas encima. Pero no lo hice. En lugar, le dije que eso de ir solo a un bar y conocer gente es algo que conozco muy bien, cosa que es cierto. Luego, felizmente llegó mi metro y me fui.
Me quedé con una sensación extraña. No sé si me he vuelto una persona desconfiada. Tal vez el Don Johnson podría haber sido un tío de puta madre. Tal vez a las 2 am se paraba en la barra del bar y se ponía a bailar con su bronceado y a agitar a toda la gente para que sigan su coreografía (algo similar hice hace poco...my god!…tema de otro post). Compraba porros y stonazo me comenzaba a contar de la chibola que se había tirado en un intercambio en Michigan en el dorm de estudiantes. Y no acababa de contar la historia porque le daba la reilona y luego se olvidaba del asunto. No sé, tal vez me perdí al Don Johnson. Pero, como digo, hay algo en él que no sé, como que no encaja y da una vibra medio extraña. Pero, bueno, también me sentí un poco desconfiado…
Al regreso, ya cerca de mi casa, me encuentro con mi agresor. El Inkarri pues. El que me metió el quechi que conté en un post pasado y al que denuncié y todo el rollo. Pues bueno, al Inkarri lo veo ahora hasta en la sopa y cada vez me saluda más efusivamente. Igual yo. Esta vez hasta nos sonreimos y yo alcé la mano y no sólo la ceja para saludarlo. Claro que todavía no ha pasado que nos detenemos. Pero quien quita de acá a un tiempo terminamos siendo colegas. Sería la cagada.
Pero no sé, este es de estos tíos que cuando esta borracho puede pasar del te quiero al te odio de un segundo para otro. Saben a lo que me refiero? De esta gente que de pronto esta borracha, tambaleando y te abraza, te dice que te quiere y de pronto tu les contestas algo y no sé, dijiste la palabra equivocada o él entendió mal y se pone recontra agresivo, que parece que te va a matar. De miedo…pero también de risa :).