Qué tal mes de Abril. Me la he pasado viajando casi todo un mes. He estado muy pocos días en mi casa en Oxford. La mayoría del tiempo la pasé en Cuba pero también estuve en Bélgica, Francia, Granada. Lugares interesantes y gusta viajar, pero no al nivel que ha sido en Abril, ahí ya se disfruta menos, cansa. Ahora de regreso en Oxford estoy disfrutando de estar descansando por fin en mi casa, mi cama, sin viajes por venir en las siguientes semanas.
Una noche regresé de Paris, de una reunión de trabajo, perdí mi tren, llegué más tarde de lo planeado a mi casa y sólo tuve tres horas para estar en mi casa, descansar, contestar emails de trabajo, empacar y volver a salir de viaje, esta vez a Cuba y de vacaciones. Eso fue bien pesado, viajar así, me sentía agotadísimo del trabajo y los viajes. Porque además antes de París había estado sólo una noche en Oxford. Antes de París estuve en Granada visitando a unos amigos y tenía que regresar y organizarme para la reunión en Paris. Y antes de Granada también había estado sólo un par de noches en Oxford, porque venía regresando de Bélgica de la boda de una amiga.
Así viajar no se disfruta tanto y genera estrés, aunque la gente cada vez que cuento que viajo bastante lo interpreten siempre como una suerte y como que lo disfruto mucho. No siempre es así y ahora disfruto mucho más de estar en mi casa.
Cuba además fue un viaje estresante. No lo disfrute casi. Estuve casi tres semanas. Fue muy largo, mucho calor, y muy caótico. Lo peor fue que me quedé sin plata. No llevé efectivo suficiente, porque no tuve casi tiempo para preparar el viaje, por otros viajes y más trabajo. Entonces cuando se me acabó el dinero en efectivo había que sacar dinero del banco y sacar dinero del banco en Cuba fue todo una aventura. Los bancos no tenían una conexión estable con bancos extranjeros, un día sí funcionaba y otro no. Me tocó la mala suerte que un par de días no hubo conexión y cuando regresó fui al banco con mi pasaporte a sacar dinero y me quitaron mi tarjeta en la ventanilla. La razón, porque les salió un papelito que decía retener tarjeta y es todo lo que me podían decir. Me mandaron a recoger mi tarjeta a una institución financiara supervisora. Igual con o sin tarjeta no había mucha diferencia, porque los bancos no conectaban con la red internacional. Teníamos la tarjeta de Jenny pero igual no nos servía de nada. Luego de varios días, estabamos en Trinidad, ya no teníamos dinero para comer ni pagar el hotel. Ya habíamos avisado en el hotel que no podíamos pagar, que nos esperen, incómodo. No teníamos muy claro que hacer. Eramos un grupo de turistas que estabamos en la misma situación, sentados afuera del banco hasta la noche, esperando que se arregle la red y con la esperanza que luego se pueda sacar dinero del cajero. Para hacerla corta, una mañana se arregló y sacamos dinero suficiente para estar buen rato más en Cuba.
Luego Cuba hacía un calor de mierda, con humedad, terrible. Y combinado con la música a todo volumen, generalmente reggaeton, que en la mayoría de locales la gente asume que los clientes disfrutan, es una bomba letal. Buscaba específicamente lugares donde la música no esté a todo volumen, pero ni bien nos sentabamos generalmente venían, prendían la tv con los videos de reggaeton y subían el volumen. Una tortura. Además de la gente hablándote por todos lados, queriendo venderte cosas, sacar algo de dinero, o contándote alguna historia. No era el viaje para mi, no era el momento, tal vez nunca lo sea. Yo quería descansar.
En fin, me tengo que quejar, es el propósito de este blog. Pero también hubo buenos momentos. El mejor fue cuando despegó el avión del aeropuerto de la Habana. No, mentira, exagero, aunque sí se sintió muy bien. La pasé bien en la playa, la piscina, en un parque natural cerca a Cienfuegos, y en Vedado al regreso a la Habana. Cuando llegamos a la Habana nos quedamos en Habana Vieja, y eso fue un error, porque es un barrio con muchísima bulla, las pistas rotas, mucha gente pidiéndote cosas por las calles. El regreso en Vedado fue más tranquilo. Se podía caminar por las calles más tranquilo y no tenía que cerrar todas las puertas de la habitación y el balcón para evitar el sonido del reggaeton, como fue en Habana Vieja.
Varias cosas interesantes de Cuba. La gente es escéptica de una posible apertura y cambios. Han estado tanto tiempo en ese régimen que no se creen un cambio, a pesar de lo que se dice del embargo, guantánamo, las nuevas empresas privadas, las posibilidades para aplicar a visas, etc. Cuba parece, como la gente se lo imagina, un viaje al pasado. Las imágines de Fidel y el Che por todos lados, el lenguaje que se utiliza en la tv es de la guerra fría, tipo las patrañas del imperialismo, etc. Los autos, la infraestructura, es muy antigua, por eso no sorprende que los bancos tengan un sistema tan inestable. Se sigue hablando de los logros del sistema educativo y el sistema de salud, pero dejan mucho que desear cuando uno ve cómo viven los cubanos, privados de muchas oportunidades. O en todo caso, no es claro que esos logros se transformen en más bienestar para su sociedad.
Granada estuvo lindo. Fue interesante viajar a Granada justo antes de ir a Cuba. Siempre me pregunté por qué el acento cubano se parece al andaluz y al canario. Pues resulta que la mayoría de colonos que llegaron a Cuba eran canarios, lo que explica el acento. Luego también fue intersante para mí la comparación con Mérida, Yucatán, donde he estado antes. Conozco tres lugares en tres países diferentes que se parecen bastante, Mérida, Cuba y Miami. No es casualidad. Miami por la naturaleza e influencia cubana. Mérida tiene mucho también de la cultura isleña, la trova, el ron, el béisbol, las guayaberas. Un ejemplo más que las fronteras políticas no siempre delimitan las fronteras culturales.
Ahora en casita haciendo pausa, a esperar el veranito.
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