Hace unos meses hice una entrada en este blog sobre las fronteras artificiales entre países europeos. Me referí principalmente a la frontera entre Francia y España. De como en el sur de Francia también se celebraban los toros y la cultura se comenzaba a parecer a la española. Ahora me doy cuenta que ese post está por lo menos incompleto, si no es que equivocado.
Llevo pasando unos días en Cataluña, primero en Barcelona y ahora en Girona, muy cerca de donde estuve hace unos meses en el sur de Francia, pero ahora del lado de España. Vine para ver a mi hermano y tomarme unos días de descanso. Pensé en Girona porque me pareció una ciudad no tan grande ni tan estresante como Barcelona pero tampoco tan pequeña como los pueblos en la Costa Brava. Mi hermano estaba viajando por el sur de Francia, la Costa Azul, así que decidimos encontrarnos aquí.
No he tenido la oportunidad de conocer bien a la gente local en Girona. Para eso uno necesita tiempo y yo sólo estoy un par de días por acá. Pero lo poco que he conocido en Girona y alrededores me basta para saber que en el post de fronteras articiales no debí comparar al sur de Francia con España, sino que con Cataluña. Probablemente el sur de Francia se parece también un poco a España pero seguro que se parece más a Cataluña.
He encontrado, no en Barcelona, porque es menos puro, digamos, como referencia de lo que es Cataluña, pero sí en Girona, varias referencias que me recuerdan al sur de Francia. Para empezar, por lo que he leído, el catalán se parece al occitano que se habla en el sur de Francia y norte de Italia. De hecho, a pesar de ser una lengua única que proviene directamente del Latín, algunos la consideran como una lengua puente entre las lenguas iberoromances (español, portugués, aragonés) y las lenguas galoromances (francés y occitano). Para que se hagan una idea de las separaciones entre estas lenguas:
Español: quiero comer ocho manzanas pequeñas
Portugués: quero comer oito maçãs pequenas
Catalán: vull menjar vuit pomes petites
Francés: je veux manger huit pommes petites
Me sorprendió también escuchar que en catalán se dice merci para decir gracias, al menos aquí en Girona.
La comida también comienza a parecerse. Vengo por ejemplo ahora de comerme un entrecot con papas a la francesa y no por casualidad, sino que era de lo más anunciado en los restaurantes. También he podido ver varias braserías y creperías en esta parte de Cataluña. La manera de vestir de la gente, la elegancia, la iluminación de las calles, la arquitectura, me recuerdan también bastante al sur de Francia. Aquí, mucho más que en Barcelona que es una ciudad más mezclada, se puede apreciar la manera fina de ser del catalán.
Otra similitud, que tal vez no tenga nada que ver, pero de todos modos me resultó curiosa, es el símbolo de la mosca en Girona y el de la cigarra en Provenza. En Girona, la leyenda cuenta que en el siglo XIII cuando los franceses entraron a invadir la ciudad, los gerundeses capitularon sin oponer resistencia pero los franceses se comportaron como bárbaros, saqueando logares sagrados, insultando y robando a la gente. Esto llegó a su límite cuando profanaron el cuerpo de San Narciso y le rompieron un brazo. Dicen que unas moscas gigantes salieron de su cuerpo y comenzaron a atacar a los soldados franceses a picotazos, matándolos uno por uno. Lo curioso es que por el lado de Francia, la cigarra en la Provenza es un símbolo de fortuna y suerte.
Y hablando de fortuna, me debo referir al título de esta entrada y la foto que sale arriba (fuente: spiegel.de). Ĺa fortuna en Cataluña también es representada por el Caganer. El caganer es un elemento muy divertido de la cultura catalana que indica su cercanía a lo escatológico. Tradicionalmente, el caganer muestra a un campesino en cuclillas con el pantalón abajo defecando. Pues sí, nada menos que cagando. Con sus heces el campesino fertiliza la tierra y por eso se le considera un símbolo de prosperidad y buena suerte. La figura del caganer es parte de los nacimientos de Cataluña, donde se le suele colocar escondido. En versiones modernas el caganer es representado por Obama, Chavez, Shakira, y Merkel, como arriba en la foto.
En lo escatológico tal vez hasta Cataluña se parezca un poco a Alemania (scheiße!). Y posiblemente como piensan algunos pensadores freudianos la presencia de los escatológico en la cultura tenga que ver con una venganza ante la etapa intantil en que uno tiene que aprender a controlar los movimientos intestinales para no defecar repentinamente. No me sorprende en el caso de los alemanes, siendo el control una de las grandes obsesiones que causa mucho estrés y placer. Lo cierto es que en Cataluña además del caganer, también está la tradición del tió o cagatió.
El cagatió es un tronco de madera con una carita alegre que caga regalos para los niños en navidad luego de que éstos le den golpes con una vara. Se suele colocar en la sala quince días antes de la noche buena cubierto por una manta. Los niños se encargan de su alimentación, que consiste de agua y frutas secas. La idea es que mientras los niños sean más generosos con el cagatió, éste les dará (cagará) más regalos. Al final, antes de la noche buena, los niños se acercan al cagatió y le cantan:
“Caga tió, cagá torró, i si no cagues, et donaré un cop de bastó”
La celebración termina cuando se golpea al cagatió con una vara y debajo de la manta aparecen los regalos.
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