sábado, junio 17, 2006


Inca…Willkommen in Berlin

Ya estoy en Berlin y vengo siguiendo el mundial en bicicleta desde hace una semana.

Empecé en Amsterdam. Ahí pasé cuatro días. Mi primera vez en Amsterdam y debo decir que fue una desilusión total. Yo tenía la imagen romántica de una ciudad liberal, alternativa, medio marginal, contestataria. Donde la gente hace fiestas y discute en casas ocupadas, se relaja en los parques, en bares, pero bares informales, entre la legalidad y la ilegalidad. Y aunque vi un poco de eso, encontré esencialmente una ciudad comercial. Llena de turistas que van unos días a meterse de todo, destruirse y luego se van. Es decir, una ciudad agresiva, donde la gente, principalmente de norteamerica e ingleses, buscan desesperadamente lo que no encuentran fácil en su ciudad: drogas y sexo.

Tal vez antes tuvo eso que ahora se ve mas en Berlín. Pero lo que me queda ahora de Amsterdam es la imagen de un Coffee Shop al que fui donde a las 3am llegó un tio con celular vestido de negro y dijo “Ladies and Gentleman, this place is officially closed”. O sea, se acabo el romanticismo.

En fin…hace una semana estoy en Berlín viendo el mundial. La ciudad la he encontrado no muy diferente al verano pasado. Entiendo que han llegado alrededor del 500 mil turistas pero imagino que no paro por donde ellos paran, que creo es más por el centro. Igual he visto a gente de varios países en discotecas y bares por mi barrio, Prenzlauer Berg.

Hace un par de días jugó Alemania y ganó. Ese día sí la ciudad la vi diferente. Los alemanes sacaron sus banderas y salieron a festejar. Para esto, para los alemanes es todo un rollo ser patriotas por el tema del pasado Nazi. Pero esa noche sí salieron muchos a hacer fiesta. Lo que yo puedo contar es, claro, lo que veo desde mi bicicleta. O sea, principalmente el ambiente en las calles durante y después de los partidos.

El día que jugo Alemania Berlín fue una fiesta. Los bares estaban llenos y abrieron bares que no había visto antes. Las colas en las bodegas para comprar cerveza en el medio tiempo eran impresionantes. Como esta es una ciudad de misios (20% de desempleo), la mayoría de gente compraba cerveza en el super o en las bodegas y no tanto en los bares. La fiesta entonces era en la calle, en los parques. Como nunca antes escuchaba a los alemanes gritar contentos, emocionados. Incluso cantaban canciones en las calles durante el partido. Había de todo. Algunos tomaban fotos a la gente, otros estaban borrachísimos y gritaban cualquier cosa, otros estaban haciendo cola para comprar cerveza, otros caminaban de un lado para otro buscando una pantalla para ver el partido, un tio por ahí escribía cosas en un cuaderno, la gente fumaba nerviosa.

Cuando Alemania le metió el gol a Polonia la calle en la que estaba estalló. La gente no paraba de gritar y como justo después fue el final del partido, así se quedó. Había un mar de gente en las calles. La gente cantando, borracha. La policía ya estaba pintada. No se respetaba nada. Eran por acá alrededor de las 11pm y los bares comenzaban a abrir. Los bares con arena, en el parque, outdoors. Música por todos lados. Así estuvo casi hasta de día. Cuando me regresaba a mi casa a eso de las 6am había todavía gente cantando en las calles.

Luego de ese partido, hoy o hace unas horas mas bien, he visto la goleada de Argentina a Serbia. Le metieron seis goles. Me alegró el día. Durante el partido estaba en mi casa porque tenía que trabajar, pero la idea era salir luego para ver el partido de México. Tampoco pude salir para ver el partido de México porque necesite más tiempo para terminar mi trabajo. Pero igual lo vi por pedazos en mi casa. El partido, sin embargo, fue una decepción. México tenía que ganar, tuvo varias oportunidades y no concretó. No sé. Yo esperaba que México gane. Igual luego del partido y justo luego de terminar mi trabajo salí con Dane a ver las calles.

El clima acá en Berlin no estaba muy bueno. Había estado lloviendo durante el día y dicen que mañana Sábado será igual. Pero igual las calles estaban llenas de gente. Los bares, las bodegas, los parques. Estuve con Dane y otros amigos en un bar. En el camino gente de todo tipo, desde americanos que sólo piensan en encontrar a una chica “hot” hasta africanos que se resienten porque les pides un cigarro (porque piensan que los tomas por dealers). Al final, cuando regresaba a mi casa en bici, un tio con barba y pelo largo canoso que parecía de la generación hippie de los sesentas me grito “Inca!!!”, y yo le sonreí y lo saludé, luego siguió “Inca...Willkommen in Berlin”. Era lo que faltaba para hacer mi noche.

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