miércoles, junio 07, 2006


Lima de antaño

Luego de tres meses en Lima, mañana regreso a las europas. Vuelvo a cruzar el charco. O como dicen los mexicanos, me voy a euroapan. Voy primero a Amsterdam, paso dos noches allá y luego a Berlin. Creo que en unos meses este viaje a Lima va a parecer como un sueño. Algo así como: realmente estuve en Lima?

Mi último fin de semana en Lima ha sido super tranquis. Había pensado salir con amigos el Viernes pero me olvide que había ley seca por las elecciones. Entonces al final sólo compramos un par de chelas y nos quedamos tomando en la casa Omar, Dane y yo. Porque claro, en ley seca está prohibido comprar cervezas pero siempre se puede. Es que la ley seca es otra de esas estupideces.

Quienes se ganan con la ley seca son las bodegas. Como en los supermercados, restaurantes, bares no se puede comprar alcohol, la mayoría de gente va a las bodegas del barrio y ahí compran sus tragos. En la bodega en frente de mi casa, acá en Pueblo Libre, era alucinante ver la cantidad de gente que entraba a comprar alcohol.

La clásica es que estacionan el carro en la puerta, luego entran y cuando hay poca gente esperando piden un ron u otro trago y la que atiende les dice que no venden porque hay ley seca. Luego la persona no se va y en algún momento le preguntan que trago quiere, paga y se lo dan en una bolsa negra. Saliendo de la bodega se mete a su carro y se va. O sea, la gente se moja en la ley seca. Nosotros como vivimos al frente de la bodega y conocemos a la señora que atiende desde hace años tampoco tuvimos problemas para comprar un par de chelas.

Lo de la ley seca es estúpido porque deja el mensaje en la gente que no sabe lo que es mejor para ellos mismos y que papá estado sí. Es casi como decirnos, si tomas te vamos a jalar las orejas. No te olvides que el domingo tienes que votar y por eso es mejor que no tomes. De esa manera la gente no aprende a conducirse por sí sola. Sigue comprando alcohol durante los días de ley seca, incluso tal vez más, porque le encanta lo prohibido, y aprende a exigir un estado paternalista, que es uno de nuestros grandes problemas.

Pero en fin. Luego las elecciones las ganó Alan García. No hay nada que hacer que este país es surreal. A mi lo que me jode de que gane Alan es que nuevamente ganó Lima. Aunque en 14 departamentos de 24 votaron por Humala, igual ganó Alan. Es decir, en términos absolutos Lima pesa más y hace ganar a Alan. Y ni siquiera porque la gente esté convencida en el proyecto de Alan, sino por miedo a Humala. Y bueno, Alan antes ha tenido un gobierno desastroso así que no se sabe que esperar de él. Todo esto es un poco triste, mejor hablar de otra cosa.

Antes de irme he estado haciendo unas comprillas. He comprado un par de polos de marca pero bambas, o sea, imitaciones. Total, allá ni quién se entere que son imitaciones y acá en Perú son expertos en copiar cosas. También me he comprado ropa interior, porque el algodón es bueno y siempre he escuchado que la gente cuando viene se compra calzoncillos porque duran un montón, jeje. Lo otro es productos naturales. Compré un poco de sangre de grado, maca, polen, miel de abeja, alfalfa. Fui a una tienda naturista y me convencieron. También he comprado artesanías para amigos en Berlin y para mí. Una mochila alucinante, una bolsa, unos cueritos, tazas, un retablo, una vicuña y no sé qué más.

Bueno, estos últimos días en la casa de mi amigo Omar, donde me he quedado más o menos mes y medio, he estado viendo un farolito que tiene en su patio. En general en este viaje he apreciado mejor la parte colonial de Lima. Los edificios antiguos, las rejas, las escaleras, los balcones, las casonas en barranco, el museo Pedro de Osma!. Las casas antiguas despiertan la imaginación sobre el pasado virreinal en Lima. Sobre todo si se acompañan con la lectura de Ricardo Palma, que también he revisado en este viaje. Entonces escribí algo sobre el farolito:

Farol

Me encanta esa esquina
Con ese farolito
En ese mundo pequeño
En chiquitito

Con un patio tan grande
Las plantas hasta el cielo
Las tejas por encima
Y por debajo el farolito

La abuela caminando
Se sienta en una banca
Con la Biblia en las manos
A rezar su rosario

Luego sigue el lonche
Sus buenos trozos de queso
Los recuerdos de antaño
La religión en la mesa
Y la raza chola afuera

El farolito se apaga
Lima cambia de colores
Pero la abuela añora
Esa España efímera
Que pasó por el Perú

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lima surrealista y bizarra. Somos la unión de varias personalidades pero cuando queremos somos uno, como lo que pasó en las últimas elecciones. Lima vs. provincias...qué esperabas? el gobierno queda en lima, y papá gobierno, para variar ganó.

Anónimo dijo...

Hola Daniel!!

He leído tu blog con mucho gusto y no me sorprende haber encontrado algo bien escrito, con varias reflexiones profundas...

No estoy de acuerdo sobre tus impresiones sobre el triunfo de Lima. Me parece que de facto el apoyo a Humala del sur andino tan dramáticamente empobrecido, es más que una señal, es un claro mensaje de que se requiere un cambio... hoy los medios, típicamente indiferentes a estas zonas del país, sólo habla del gran reto que tiene García para con el sur... y eso creo que es un logro importante... lo usual es que el voto en blanco sea dominante en estas áreas y el voto válido se disperse entre varios candidatos, típicamente menores... en esta ocasión el voto en blanco cae y el voto disperso se concentró en Humala... una forma más efectiva de decirle al gobierno que en el sur no se cree en la democracia...

No sé si ver el gobierno de García con optimismo, de ningún modo con entusiasmo, pero creo con cierta convicción que en este caso las zonas pobres del país se han hecho oir... con una "amenaza" creíble, de que si no se atienden sus necesidades (como se ha debido hacer desde hace mucho) se pone en juego la famosa "gobernabilidad"...

Un fuerte abrazo Daniel
Todo lo mejor para ti

Diego W.