InkarriInkarri fue un proyecto inconcluso. La idea era hacer un comic sobre un indígena peruano, Inkarri, que llegaba a Berlín y sus aventuras en esta ciudad. A su llegada, Inkarri conocía a Gagarin, que era un personaje medio futurista y hacía contraste con las costumbres tradicionales de Inkarri. Se hacían mejores amigos, hacían más colegas y así tenían muchas aventuras en Berlín. Debía llamarse algo así como “Inkarri y sus amigos”.
Inkarri hacía alusión al mito Inca que dice que la cabeza del último Inca esta enterrada en Cuzco y que ésta se regenerará y el último Inca volverá convertido en Inkarri para restituir el Tawantinsuyu y el orden del mundo quebrado por la invasión española. Gagarin hacía alusión al cosmonauta Ruso Yuri Gagarin, quien fue la primera persona lanzada al espacio en 1961 y por ello se le consideraba un héroe en la Union Soviética y la Alemania del Este durante la guerra fría.
Inkarri, con la ayuda de Gagarin, se transformó en Berlín en una persona más moderna, iba a discotecas de música electrónica, lounges, fiestas privadas, teatros. Incluso cambió su manera de vestir. Pero, algunas costumbres le quedaban. De pronto en alguna fiesta se ponía a hacer una pachamanca, es decir, cavaba en el piso de un departamento para enterrar sus alimentos y luego comerlos. En lugar de bicicleta, andaba en una llama y cosas por el estilo. Además, si se molestaba con alguien le salía el indio y lo agarraba a golpes o le metía un par de balazos con su escopeta. Andaba armado. Era algo divertido.
Inkarri tenía muchos amigos, entre ellos un policía que nunca se enteró que Inkarri estaba “illegal”, luego un Americano que le decían Bufalo Bill, luego un dealer que estaba en silla de ruedas. Él había venido a Berlín a buscar a una chica alemana que conoció en la sierra. El problema es que luego de unos días en Berlín y entre tantas fiestas perdió la dirección de la chica armándose un porro con el papel. En fin, la idea iba por ahí, escribí un par de capítulos, un amigo hacía los dibujos, los queríamos repartir por las casas okupas, pero la flojera y no sé qué otras cosas ganaron y por eso quedó inconcluso.
Pero hace unos días, sin querer, he conocido a Inkarri en un bar. Es el que me dejó el ojo morado que sale en la foto arriba a la derecha. Era un cuzquenho de pelo largo de unos 40 anhos y de rasgos totalmente indígenas. De esos que les tomas una foto y puedes hacer tranquilamente un brochure turístico invitando gente a visitar el Perú.
El tío estaba borrachísimo, medio que se caía y andaba jodiendo a la gente, acercándose a las mesas y como buscando pelea. Como estabamos en un bar alternativo nadie le decía nada. Yo estaba con Nico, Azucena y Georg en una mesa. Acabábamos de llegar y nos estabamos tomando una. Pues al verme se acercó y me comenzó a insultar, de arranque, porque no sabía de su cultura, incluso me habló también un poco en Quechua. Nosotros no le hacíamos caso. Pero de veras, parecía sacado de un libro de indígenas, la pinta, impresionante.
Luego siguió regresando a nuestra mesa, siempre para insultarme, insultos racistas peruanos, que en el Perú tienen un significado bastante fuerte. En un punto ya fue demasiado y le pedí que por favor se vaya a su mesa y nos deje de molestar. Su reacción fue inmediata: me metió un combo, un giro, un viaje, un quechi, me sonó, me metió un chingazo, o sea, un punhete en la cara pues. Yo estaba sentado y caí al piso noqueado. Mis amigos al toque se alarmaron, igual la gente en el bar y el duenho. Al tío lo botaron del bar y a su salida no dejaba de gritar los mismos insultos racistas, tipo, “Cholo de mierda!! No sabes de donde vengo, no conoces nada de tu país”.
Pues no quise que me malograra esa noche y me fui con Nico al panorama bar hasta las 11am. Cuando me fui, el bar estaba repleto, que bestia, ese lugar es el infierno, esta super de moda. Pero al otro día fui al doctor y luego a la policía a hacer una denuncia. Pues en el doctor estuve con varios especialistas. Al final, en realidad lo único que tenía era un moretón pero tenía que sacar el certificarlo para poder ir a la poli. Lo bueno fue usar el seguro y enterarme que debo usar lentes, luego voy a sacar una cita para eso.
A la policía fui con testigos que habían estado en el momento del combo, viaje, etc. Hay más expresiones para describirlo? Seguro que sí. Bueno, me dieron un número en la policía y con ello si lo veía podía llamar a ese número y ellos lo agarraban. Pues eso pasó hace una semana y ayer, por esas casualidades de la vida, luego de acompanhar a Rosabel al tango, una amiga catalana profesora de tango que ha venido a ver la movida de tango en Berlin, que por cierto, ahora los mejores profesores están acá y no en Argentina o Barcelona. Pues bien, luego de acompanharla me encontré con Dane en la salida de un metro en Kreuzberg y lo veo al tipo.
Al principio no estaba seguro pero pasamos medio cerca para confirmar y lo vi bien y de hecho era. Una cara así es imposible de confundir. Entonces llamamos a la policía, vinieron, pero cuando llegaron él ya se había ido. Pero habíamos chequeado en qué dirección, entonces le dijimos a los policias y ellos en el carro lo encontraron y lo trajeron. Me preguntaron si era él y lo confirmé. Le tomaron sus datos y lo dejaron ir. Ahora recibirá una carta de la policía, tiene luego que pasar por un interrogatorio y tal vez un juicio.
Vaya historia! Pues, para mí, conocí al mismísimo Inkarri. Lo que siento del asunto es lo siguiente. Este es un típico caso de gente que trae conflictos de otros lugares a Berlín. Berlín es realmente una ciudad con mucha energía y pueden pasar cosas maravillosas y también como éstas. En este caso, el indígena ataca al cholo porque en el Perú él pertenece a un grupo discriminado, excluído, más incluso que el cholo. Entonces, acá en Berlín, donde la diversidad no sólo se tolera, sino que se aprecia, él me hace pagar por las cosas duras que seguramente le habrá tocado vivir y de las cuales los que se parecen a mí somos culpables.
Claro que hay algo de cierto en sus insultos. Es lamentable, cierto, que no sepa Quechua, cosa que impresiona a mucha gente acá, pero desgraciadamente nuestro sistema educativo es un reflejo de la sociedad y es igual de excluyente. En la escuela no existe un curso de Quechua si quiera. Sólo nos ensenhan ingles.
Entonces, todos esos rollos, esos traumas que trae del Perú más los traumas de la adaptación acá, seguramente explican lo que dijo e hizo. Es decir, esa manera tan primitiva de comunicarse, a golpes. De hecho, sospecho que también hay algo de romanticismo en el asunto. Tal vez sea también en parte su manera de decirme que somos lo mismo, que deberíamos querernos, algo así como la cultura “mas me pegas más te quiero”,
Por otro lado, luego de pensarlo un rato, decidí denunciarlo porque él debe saber que no puede golpear y luego irse muy tranquilo. En esta ciudad estamos tratando de que la gente se entienda sin violencia. Entonces no puede ir luego a otro bar, pegarle a otra persona y creer que va a poder seguir haciéndolo sin consecuencias. Hay mejores maneras de comunicarse y no se puede confundir lo alternativo con lo violento.
Desgracidamente en el Perú van casi de la mano y tal vez de allí también venga la confusion. Me refiero a que en Perú, lo diferente y no aceptado, por ejemplo, lo gay, los que se meten porros, los artistas de la calle, las prostitutas, trasvestis, religiones diferentes están al margen de la sociedad y próximo a lo violento, siempre. Aquí todos estos grupos que mencioné podrían estar sentados juntos en un bar tomándose una chela con el gobernador de la ciudad, que por cierto, es gay. Pero este es otro tema.
En fin. Este fue mi encuentro con Inkarri. Por lo demás, todo bien, aunque acabo de enterarme que ayer tocó Gotan Project en Berlín y me lo perdí :(. Luego éste ha sido un domingo musical, luego de regresar del mercado de pulgas por la manhana, ahora está en la casa una amiga francesa tocando en el piano con Dane canciones de Edith Piaf y es una cosa alucinante, me alegra el día :)